La fabricante estadounidense de coches eléctricos, Tesla, perdió su inmunidad ante los problemas relacionados con la cadena de suministros y fue golpeada. Es su reciente informe correspondiente al primer trimestre de 2022, la firma reveló una considerable disminución de la producción.
Se trata de la primera caída de la producción de la compañía tecnológica desde el comienzo de la pandemia del Covid-19. Mientras otras empresas se vieron seriamente afectadas en 2020 y 2021 por la falta de semiconductores, la firma de Elon Musk obtuvo resultados positivos.
Así, durante los dos primeros años de la pandemia, la compañía logró triplicar su producción de automóviles eléctricos. Sin embargo, su aparente inmunidad ante el estancamiento crónico en los puertos marítimos le alcanzó de manera fuerte.
¿Por qué Tesla fue golpeada ahora y no antes?
Tesla fue la empresa de coches con mejor desempeño durante la pandemia debido a su independencia de la industria global de chips. La capacidad para innovar y “reescribir” su software, le permitió prescindir parcial o totalmente de algunas partes que requieren chips.
En ese sentido, la habilidad de la empresa para “fabricar en casa” gran parte de sus componentes, la consolidó en el mercado de estos coches. Durante el 2021, las ventas se mantuvieron en números gigantes para la compañía, con casi un millón de vehículos enviados durante ese año. Solo en el último trimestre fueron capaces de vender 309.000 coches.
“Estamos diseñando y construyendo mucho más del automóvil que otros que acuden en gran medida a la base tradicional de suministro”, escribió en su momento el CEO de la empresa, Elon Musk. En esas mismas declaraciones, el polémico empresario calificó a la competencia como “ingeniería de catálogo”. En contraste, destacaba las capacidades de su firma para mantener activo el negocio.
Sin embargo, fue necesario un tiempo corto desde las palabras de Musk para que Tesla sufriera por las mismas causas que su competencia. La nueva ola de coronavirus en China impuso la necesidad de cierres que ahora empujan a la fabricante de coches eléctricos a ponerse al día con la crisis de comercio.
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Tesla dice que la caída de la producción fue culpa del virus
La ciudad de Shanghái es uno de los epicentros de la nueva oleada de infecciones por Covid-19 en China. Desde el pasado 28 de marzo, las autoridades impusieron un cierre estricto y obligaron a la paralización de la actividad comercial e industrial para cortar la cadena de contagios en la urbe. Precisamente, en esa ciudad se encuentra una de las cuatro plantas más importantes de la empresa de Musk.
En consecuencia, durante una llamada este miércoles con los inversores, el director financiero de la empresa, Zach Kirkhorn, fue enfático. Achacó la caída de la producción a “numerosas interrupciones del suministro, incluidos cierres en nuestra fábrica de Shanghái”. Agregó que un aspecto particularmente negativo fue el cierre de importantes “proveedores cercanos” de Tesla.
Kirkhorn afirmó que la compañía había perdido “alrededor de un mes de volumen de producción” en la mencionada metrópolis china. Asimismo, apuntó que la reanudación de la producción está siendo considerablemente limitada debido a la persistencia del virus. Subrayó que la empresa estaba haciendo todo lo necesario para volver a los ritmos anteriores de producción.
A pesar de las críticas internas y externas, las autoridades de China se mantuvieron firmes en su mano dura en contra del virus. Según reportes de importantes medios, los casos de contagios crónicos son escasos, lo que podría convertir a las medidas radicales en acciones que perjudican innecesariamente la vida económica de China y de sus socios comerciales. Las autoridades probablemente relajarán las medidas.

Producción estable en el segundo trimestre
Por su parte el CEO de la empresa, Elon Musk, aseguró que el cierre de su fábrica había tenido consecuencias negativas. No obstante, expresó que para el segundo trimestre la producción ganaría estabilidad y para la segunda mitad del año recuperaría el ritmo de aumento. Hasta ahora, la empresa mantiene su pronóstico de producción de 1.5 millones de coches para 2022.
“Si el cierre en Shanghái continuara, hay algunas partes que se obtienen en China que afectarían la producción en otros lugares” – Elon Musk
Pero estas metas seguramente no son tan fáciles de cumplir en el mismo tono en que lo expresa el magnate. Todo ello dependerá de las decisiones de las autoridades de China con respecto a Shanghái, las cuales tienden a ser repentinas y sin previo aviso. De la misma manera, cumplir con los objetivos también está sujeto a la recuperación de las nuevas plantas de Tesla en Austin (Texas) y Berlín.
La directiva de la empresa debe garantizar que esas nuevas plantas tengan acceso pleno a los componentes que requieren. Esto último implica que deben esquivar nuevamente los problemas en la cadena de suministros, tal como lo hicieron durante los dos años anteriores.
“Si el cierre en Shanghái continuara, hay algunas partes que se obtienen en China que afectarían la producción en otros lugares”, manifestó Musk. Al mismo tiempo, mostró entusiasmo en que “GigaShanghái” haya reanudado sus operaciones productivas, lo mismo que los proveedores de la compañía. En consecuencia, resaltó que no cree que ese asunto continúe siendo un problema en lo sucesivo.
Caída de la producción de Tesla no fue acompañada por una disminución de ingresos
Con todo y los golpes que recibió la empresa tecnológica, sus ingresos no sufrieron pérdidas durante el primer trimestre del año. De ese modo, la compañía reportó un récord de $3.600 millones de dólares en ganancias operativas acompañadas de un margen operativo de 19.2%.
Entre las razones para evitar que la caída de la producción no concordara con los ingresos, se enumera la combinación de ventas en las que predominó el Model Y, especificó Kirkhorn. Dicho de otra forma, la producción de este modelo es más rentable que los otros.
Con esto, Tesla se mantiene como la empresa más importante en la rama de los automóviles eléctricos y lidera un mercado que se mantiene al alza. En todo el mundo, la cuota de coches eléctricos se multiplicó de manera vertiginosa de 4.11% en 2020 hasta 8.57% en 2021 según datos de la Agencia Internacional de Energía.
A lo anterior, se puede sumar que en EE.UU. el interés por los coches eléctricos usados aumentó en un 70% motivado por los altos precios del combustible. Para el año 2021 ya se había experimentado un aumento del 25% en comparación con 2020. Esto generó un considerable déficit en el que la demanda se mantiene en una franca subida mientras la oferta es incapaz de cumplir con los pedidos.

Tesla tiene un gran problema de mercado
Con respecto al punto del déficit comercial en el mercado de coches eléctricos, la empresa de Elon Musk y el resto de las fabricantes tienen un gran problema. Los mencionados cuellos de botella en la cadena de suministro no dejarán de pesar en los años venideros. Esto alarga la penuria de las empresas que dependen de los chips para fabricar productos tecnológicos.
Así, un nuevo obstáculo se presenta para la empresa del hombre más rico del mundo. La compañía está saturada por la demanda de vehículos. Aunque la firma actualmente goza de una salud envidiable, el problema de producción podría ser más grave de lo que Elon Musk quisiera admitir.
Pese a que Tesla abrió nuevas fábricas en Berlín y Texas, las cuales se sumaron a la de Fremont y Shanghái, deberá pasar un tiempo para que estas plantas se adapten al ritmo productivo de las ya existentes. Es de tener en cuenta que el aumento de la producción con estas plantas no será suficiente para calmar la demanda, reconoció la propia compañía.
A la par de la escasez de componentes, se suman los altos precios de las materias primas como el níquel, el aluminio y el paladio. Estos tres commodities son críticos, pues de ellos depende la fabricación de convertidores catalíticos, condensadores de aire acondicionado y diversas piezas que resultan imprescindibles para el funcionamiento de los coches ahorradores.
Vale la pena mencionar que el níquel se requiere para fabricar acero inoxidable y las baterías. Ambos forman parte de lo que se puede denominar como el sistema nervioso y cerebro de los vehículos porque están vinculadas con la autonomía, la seguridad y el rendimiento.
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Producción por debajo de la capacidad
Otro de los hechos que admitió la empresa, es que sus plantas están trabajando desde hace varios trimestres seguidos por debajo de su capacidad. La guerra en Ucrania y las sanciones punitivas contra Rusia empeoraron el panorama para las productoras de estos coches. Esto se debe a que Rusia produce gran parte del níquel de alta calidad que requiere la industria.
Aunque el vacío dejado en el mercado por Rusia puede llenarse con níquel de Indonesia, algunos portales citan fuentes que afirman que la calidad hace que sea poco apto para coches eléctricos. De cualquier manera, Tesla asegura que en un plazo mediano de tiempo aumentará la producción en un 50% para paliar un poco el déficit comercial que enfrentan.
Durante la llamada con los inversores, el grupo automotriz ratificó que la planta de California tiene una capacidad anual de producción de 100.000 coches Model S/Model X. Paralelamente pueden fabricar 500.000 Model 3/Model Y. En la planta de Shanghái se puede producir un mínimo de 400.000 Model 3/Model Y anualmente.
En lo que concierne a las dos nuevas plantas, las mismas están en plenos esfuerzos por aumentar las tasas de producción.