Si Rusia decide cortar el suministro de gas a Europa, los efectos sobre las economías de los países consumidores serán devastadores. El gas natural es un arma que podría utilizar Vladimir Putin para enfrentar las duras sanciones impuestas por Occidente tras la invasión rusa a Ucrania.
La guerra ha elevado la volatilidad de los precios de las materias primas en las que Rusia es un actor muy importante. Este es el caso del petróleo, el níquel, el aluminio y el trigo, cuyos precios se han disparado desde el inicio de las hostilidades junto con el gas en los mercados internacionales.

La amenaza rusa vs los temores de Europa
El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, advirtió recientemente que su país podría cortar las exportaciones de gas a Alemania y al resto de Europa, a través del gasoducto Nord Stream 1. Las preocupaciones por los comentarios del funcionario de inmediato, se hicieron sentir en los mercados y en los gobiernos europeos.
Esta fue la respuesta del gobierno ruso a la decisión de Alemania de bloquear la certificación del gasoducto Nord Stream 2 que construye junto a Rusia. Putin ha dicho que no hay problema que no pueda sortear, refiriéndose a las sanciones económicas y amenazó con tomar medidas que causarían mucho dolor a Occidente.
Alemania ha dicho, además, que no está preparada todavía para prohibir las exportaciones de gas de Rusia. El canciller alemán dijo que su país no podía romper la dependencia del gas ruso “de la noche a la mañana”, como lo puede hacer Estados Unidos. La Unión Europea en conjunto planea reducir en dos tercios las importaciones de gas.
En cambio EE. UU. que es más autosuficiente en el campo energético por su condición de productor de petróleo y gas, anunció esta semana que suspendería totalmente las importaciones de crudo y gas desde Rusia. Mientras que el Reino Unido fue menos contundente y sugirió la eliminación gradual de las importaciones para finales de año.

Escenarios críticos según Goldman Sachs
La producción de gas en la zona del euro solo alcanza a abastecer una cuarta parte de la energía que consumen los países. En tanto que Rusia suministra cerca de un tercio de las importaciones del bloque. Tal nivel de dependencia se ha convertido en un punto débil para que Europa pueda enfrentar con éxito a Putin.
En consecuencia, si se interrumpen las importaciones de gas sus efectos colaterales sobre las economías europeas serían sustanciales, ya que afectarían directamente la actividad económica y podrían disparar aún más la inflación, según advirtió Goldman Sachs.
Un análisis del banco estadounidense de inversión dado a conocer el lunes, suscrito por el economista jefe europeo de Goldman, Sven Jari Stehn y su equipo, dibujó varios escenarios. El informe evalúa de qué forma la interrupción del suministro de gas ruso podría impactar a los países de Europa.
Los escenarios planteados son tres. Uno en el que las interrupciones en el suministro de gas solo comprenden la actual reducción en marcha desde septiembre. El otro, un cese total de los envíos de gas a Europa a través de Ucrania por lo que resta del año y, un tercero, en el cual quedan inactivos todos los gasoductos de Rusia que abastecen a Europa durante 2022.
Afectación del PIB de la zona euro y Reino Unido
“Al mapear las restricciones físicas de suministro de gas y las presiones al alza de los precios en los efectos del VAB (valor agregado bruto) en la zona del euro y el Reino Unido, estimamos que para 2022 en su conjunto, los precios altos del gas podrían afectar el crecimiento del PIB de la zona del euro en 0,6 pp (porcentaje puntos)”, afirma Stehn.
Señala que el Reino Unido también resultaría afectado en “0.1pp en relación con nuestro pronóstico de referencia si asumimos que no habrá más interrupciones en el suministro de gas”, complementó el experto. Sin embargo, destaca que el impacto sobre Alemania probablemente sea aún mayor (-0,9 pp), por la dependencia tan alta del gas ruso.
“El escenario en el que Rusia detiene todas las exportaciones por gasoducto podría provocar una caída del crecimiento del PIB de la zona euro de 2,2 puntos porcentuales en 2022 en relación con nuestro pronóstico de referencia, con impactos considerables en Alemania (-3,4 puntos porcentuales) e Italia (-2,6 puntos porcentuales)”, vaticinó.
Aumento sustancial de la inflación
Respecto a la inflación, si se detienen por completo los flujos de gas a través del gasoducto de Ucrania, los precios agregarían 0,7 puntos porcentuales a la tasa de inflación calculada por el banco en la zona euro al llegar a su máximo nivel en diciembre de este año.
De acuerdo con Stehn, “si los precios del gas aumentan aún más debido al cierre de los flujos de gasoductos desde Rusia, nuestro pronóstico de inflación general podría ser de hasta 1,3 puntos porcentuales más, con un probable traspaso significativo a los precios subyacentes”.
Por otro lado, Goldman Sachs espera que para el Reino Unido se registre una inflación que oscilaría en un rango de entre 22% y 90% “para el límite de precio de octubre en los tres escenarios, lo que indica un riesgo bilateral en torno a nuestra suposición actual del 55%”.
En octubre está previsto que el regulador británico revise el tope del precio de la energía. Desde el 1 de abril dicho tope aumentará en un 54%, desde su nivel anterior a 693 libras esterlinas (US $906) por año. Los precios de los combustibles han estado subiendo en toda Europa desde antes de la invasión de Rusia a Ucrania.
¿Estanflación a la vista?
Goldman considera que el gobierno británico anunciará en octubre un nuevo aumento del 55%, lo que supone un aumento del 90% si el país decide cerrar totalmente las importaciones de gas rusas.
Se teme que de continuar disparados los precios de la energía el bloque quede atrapado en un inminente proceso de estanflación. Tanto Europa como el resto de las economías globales se verán cada vez más presionadas por la escalada de precios.
La inflación es un fenómeno previo a la guerra de Ucrania. Se generó como consecuencia de los mega desembolsos para mantener vivas las economías, las bajas tasas de interés (dinero fácil), los cuellos de botella en la cadena de suministros y el aumento de salarios general para estimular el retorno al trabajo después de la pandemia.
Ahora la escalada de precios estaría directamente vinculada con una caída de la oferta de energía, los alimentos y los fertilizantes. El resultado sería una ralentización del crecimiento económico y la elevación de las tasas de desempleo.
Rusia también necesita los ingresos del gas

A menos que esté pensando en hacerse un harakiri, el gobierno ruso también necesita de los ingresos del gas. Las finanzas rusas dependen en gran medida de las exportaciones de gas, petróleo y cereales a Europa.
Con sus ingresos mermados producto de las sanciones y la salida de las principales empresas occidentales, Rusia dejará de percibir una cantidad enorme de impuestos. Según los estrategas de BCA Research es poco probable que se produzca una paralización total de las exportaciones de gas ruso.
“Aunque Moscú forjó un nuevo acuerdo con Beijing el mes pasado para suministrar a la CNPC de China 10.000 millones de metros cúbicos adicionales de gas al año, el nuevo gasoducto planificado para transportar estos suministros tardará de dos a tres años en completarse”, precisó el jefe Estratega europeo en BCA Research, Mathieu Savary.
“Mientras tanto, Rusia tendrá que depender de sus ventas a Europa para financiar su incursión militar en Ucrania y garantizar la estabilidad interna”, agregó.
No obstante, la amenaza del gobierno ruso lanzada a través de Alexander Novak deja sobre la mesa la posibilidad de interrumpir el suministro de energía a Europa. Este riesgo latente será un factor que continuará presionando la escalada de precios del gas y otros combustibles fósiles, al menos en el corto plazo.
“Hasta que la prima de riesgo en los precios del petróleo y el gas natural se disipe, los altos costos de la energía conducirán a un período de estanflación en la zona euro”, indicó Savary. Y añadió que “los inversores deberían mantener una postura cautelosa hacia los activos de riesgo europeos a corto plazo”.
Rusia prohíbe las exportaciones a la UE y EE. UU. en respuesta a las sanciones
Más de 200 tipos de productos y maquinarias producidas en Rusia fueron prohibidas por el gobierno para contraatacar las medidas implementadas por los países occidentales que buscan debilitar a la economía rusa.
La lista incluye productos y equipos que son importados previamente a Rusia desde 48 países y abarca a los países miembros de la Unión Europea y EE. UU. El anuncio fue hecho por el gobierno ruso el jueves.
“La lista incluye equipos tecnológicos, de comunicación y médicos, vehículos, maquinaria agrícola y equipos eléctricos, más de 200 tipos de bienes en total”, informó el primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, después de firmar la orden. “Esta medida es necesaria para brindar estabilidad en el mercado ruso”, señaló.
Se espera que esta medida afecte a todos las naciones europeas, pero podría haber ciertas excepciones para los países que integran la Unión Económica Euroasiática que lidera Moscú. Al igual que las regiones separatistas de Georgia de Osetia del Sur y Abjasia.
Biden pide suspender las relaciones comerciales con Rusia

El presidente Joe Biden anunció el viernes que Estados Unidos no importará más vodka, mariscos y diamantes rusos. La medida que restará a Rusia unos 1000 millones de dólares en ingresos, se toma un día después de que Vladimir Putin diera a conocer la nueva disposición de su gobierno para prohibir la exportación de productos producidos en su país.
Además de aumentar la presión económica sobre Moscú al prohibir las importaciones de los productos emblemáticos de ese país, Biden pidió la suspensión total de las relaciones comerciales con Rusia. El mandatario estadounidense dijo que su país, el G7 y la Unión Europea deben revocar a Rusia el estatus de “nación más favorecida”.
La medida tendría que ser aprobada por los congresos de EE. UU., la UE y de cada una de las naciones que integran el G7. Dicho estatus implica que el país favorecido tiene posibilidades de obtener aranceles más bajos para sus exportaciones, menores barreras comerciales y mayor flujo de importaciones.