- Los bancos centrales de todo el mundo tienen uno de los mayores de cabeza de las últimas décadas y está relacionado con los altos precios de los productos de consumo.
- Según el experto Bill Smead, la inflación es tan fuerte que “carece de depredador natural”.
- Con esas palabras, el inversor considera que los precios continuarán altos a pesar de la agresiva campaña de subida de tasas de interés que lleva la Reserva Federal.
Durante una entrevista con CNBC, el CIO de Smead Capital, Bill Smead, afirmó que la inflación actual se compara en potencia a la de 1970. Apunta a que son diversas las razones para comparar la situación económica actual con la presenciada en esa etapa del siglo XX.
Asegura que los intentos de la Reserva Federal para apaciguar el incremento de los precios podrían ser inútiles. En ese sentido, el inversor utiliza un peculiar apodo para la actual escalada del índice de precios al consumidor: la inflación Wolverine. Con esto quiere decir que el mencionado índice “no tiene depredador natural”.
Entre otras palabras, afirmó que es poco probable que las enormes cantidades de liquidez inyectadas a la economía por las autoridades vuelvan de donde salieron. El retiro de la liquidez excesiva, es una de las condiciones para que la economía se enfríe. Sin embargo, cree que hay razones para pensar que ese plan no dará los resultados esperados.
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La inflación Wolverine
Para Smead, la inflación que actualmente presiona a la sociedad de Estados Unidos no tiene un depredador natural, por lo que decidió apodarla Wolverin. La misma, a su entender, es muy parecida a la vivida en la época de 1970. Para ese entonces, la crisis de los precios de la energía llevó a un fuerte incremento del IPC. Ahora, elementos similares están haciendo lo propio.
Aunque las esferas gubernamentales de EE.UU. acusan a la guerra en Ucrania de ser la culpable de la inflación, eso no es del todo cierto. Aunque el conflicto contribuye a perpetuar los altos precios y mantener fuera de balance el mercado de materias primas, no es el responsable principal. Antes de que iniciaran las hostilidades entre Rusia y Ucrania, ya la inflación venía en una potente subida.
De cualquier manera, se puede decir que los precios actuales tienen orígenes diversos. Algunos responsabilizan a la pandemia, pero otros sectores aseguran que el covid-19 simplemente aceleró una crisis que ya venía incubándose. Teniendo en cuenta estos factores, el inversor resalta que el estado de la inflación en la economía tiene una potencia comparable a la de la década del 70 del siglo XX.
“Nos gusta llamar Wolverine a la inflación que se ha creado por el hecho de que no tiene depredador natural. Para nosotros, comienza a asemejarse realmente a la de la década de 1970”, expresó el inversor. A su juicio, las políticas monetarias y fiscales tienen un papel muy grande en el crecimiento de los precios. Hasta noviembre del año pasado, la Fed calificaba la inflación como “un fenómeno pasajero”.

El banco central fue lento a la hora de atacar la inflación
Desde el punto de vista de los funcionarios del ala de los halcones de la Fed, el banco central no actuó de manera radical. En consecuencia, la inyección de dinero en la compra de deuda habría sido excesiva y, además, se prolongó más tiempo del que debía. De allí que la crecida de los precios se hizo incontrolable dentro del plan original que apuntaba esa política monetaria y fiscal.
Durante lo que va de 2022, el IPC en Estados Unidos no ha bajado de los mayores picos registrados de los últimos 40 años. A eso se suman factores externos que hacen incontrolable la situación para la Reserva Federal. El principal de ellos, es la mencionada guerra en Europa del Este. El otro, son las rencillas entre Occidente y la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+).
En ambos escenarios se encuentra la sombra de Moscú y las políticas extremas de hostilidad de los países occidentales hacia Rusia. Esos factores en conjunto han creado un desbalance considerable en los mercados de materias primas, desde el de petróleo y gas hasta el de metales y algunos productos agrícolas. Mientras tanto, las principales fuentes de crudo siguen siendo lugares problemáticos.
Mientras todo eso se desarrolla, los precios continúan incrementándose en Estados Unidos, en Reino Unidos y en los países de la Unión Europea (UE). Las altas esferas de esas regiones temen debido al lento desarrollo de la guerra en Ucrania y la aproximación del invierno. De mantenerse las actuales condiciones hasta la llegada del frío, los problemas podrían ser mayores aún.

El petróleo es sinónimo de problemas
La solución al problema de los precios del petróleo es terriblemente sencilla en la teoría y casi imposible en la práctica. Un incremento de la producción podría estabilizar el mercado y hacer bajar el valor de esta materia prima. Sin embargo, las fuentes del crudo son generalmente sitios problemáticos. Por ejemplo, la OPEP+ asegura que no pueden aumentar la producción porque carecen de capacidad en infraestructura.
“Algunas potencias emergentes como India y China no se detienen y continúan la compra de petróleo a Rusia, a Irán y a Venezuela a precios preferenciales”
Paralelamente, Rusia es sancionada. Aunque se trata de uno de los mayores productores del mundo, su petróleo no está disponible para el mercado occidental. La solución podría pasar por llevar el crudo iraní al mercado. No obstante, la relajación de las sanciones a esa nación se complica con los recientes sucesos relacionados con cargueros griegos decomisados por el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica.
Otra posible solución que se perfila para ese mercado, es la de Venezuela. El país sudamericano posee las mayores reservas de crudo del mundo, pero también entra en la arena de naciones problemáticas. Años de sanciones occidentales han afectado de manera enorme la capacidad productiva. Asimismo, Caracas advirtió que si Europa quiere petróleo debe reconocer la legitimidad del presidente Nicolás Maduro y devolver el dinero confiscado por los países de la UE y EE.UU.
Aunque el ambiente luce complejo, se trata de las únicas opciones para bajar la inflación en las principales economías. Mientras tanto, algunas potencias emergentes como India y China no se detienen y continúan la compra de petróleo a Rusia, a Irán y a Venezuela a precios preferenciales.
La energía es el actual detonante de la inflación
Con el contexto presentado arriba, es de suponer que la retirada de la inflación pasa por el fin de la crisis del mercado de commodities. Sin embargo, para Smead no es un asunto fácil de resolver en el corto plazo. “Esta idea de que puedes chasquear los dedos y bombear un montón de petróleo y todo saldrá a la perfección, lo consideramos como un mito urbano”, expresó.
Dice que en cualquier zona del mundo donde exista petróleo, las posibilidades de aumentar la producción son bajas. “La realidad es que donde realmente se puede aumentar mucho la producción es en EE.UU., pero la voluntad ambiental y la motivación por parte de las empresas de energía no existen para hacerlo”, lamentó durante la misma entrevista.
De ser correcta la visión de profesionales de las inversiones como Smead, la inflación estaría muy lejos de abandonar la economía. Todo ello se traduce en un mayor dolor para los hogares y para los inversores. Hasta ahora, la OPEP ha manifestado disposición de aumentar la producción para cubrir la falta de petróleo ruso en los mercados occidentales, pero se pone en duda cuánto puedan abarcar dadas las cantidades de barriles que aportaba el Kremlin.
La inflación en Estados Unidos se ubica en 8.2% y es probable que se mantenga en límites de 40 años por los próximos meses. Las medidas de la Fed tendrán un impacto y probablemente ayuden a que los precios bajen. Pero la parte negativa, es que esas medidas podrían invocar una recesión para el año 2023.

Las medidas de la Fed contra la inflación no serían completamente efectivas
Otra de las opiniones de Smead tiene que ver con los actuales movimientos del banco central estadounidense para enfriar el mercado. Desde marzo, la Fed viene con una política de incremento de las tasas de interés, la cual se prolongaría por lo que queda de año. Asimismo, se espera una significativa reducción del balance del banco central.
Con esto, se pretende recoger el exceso de liquidez que se inyectó en el mercado desde marzo de 2020 con el inicio de la pandemia. Debe recordarse que en ese entonces las autoridades emprendieron un programa de compra de bonos del Tesoro y bienes respaldados de hipotecas. Mensualmente, la Fed inyectó $120.000 millones de dólares en esa compra de deuda.
Semejante inyección de liquidez al mercado evito una catástrofe financiera sin precedentes y desató un crecimiento económico acelerado. No obstante, el lado negativo consistió en el incremento de la inflación. Ahora, las autoridades buscan recoger ese exceso de liquidez con la subida de las tasas, algo que para Smead es poco probable.
“La cantidad de liquidez que se ha arrojado a la economía y que se intenta retirar con éxito, es enorme. Después de que esa descomunal cantidad de liquidez entra al sistema y se topa con datos demográficos favorables que están operando simultáneamente, es poco probable que vuelva al hoyo de dónde provino”, subrayó el inversor.
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La OPEP está descompuesta con la pérdida de relevancia de Rusia
Uno de los aspectos más relevantes en la situación, es la incertidumbre con respecto al mercado de materias primas encabezado por el petrolero. En ese sentido, la capacidad disponible de la OPEP+ estaría muy limitada, lo que traería un panorama adverso para la recuperación. Esto último es la opinión del analista Paul Sankey de Sankey Research durante una entrevista en CNBC.
Según su opinión, dentro del cartel petrolero, únicamente dos países tienen capacidad sobrante. Arabia Saudita, el líder de la organización, tiene una capacidad sobrante aproximada de un millón de barriles de crudo diariamente. Pese a ello, el reino no estaría dispuesto a utilizarlos ahora. Actualmente, el precio del crudo internacional Brent es de $121 dólares por barril. El WTI se cotiza en $118.87 en la misma unidad de medida.
Si los precios de esta materia prima no retroceden, la presión en cuanto a inflación en EE.UU. podría empeorar. Los precios del combustible en ese país tienen al borde del colapso los presupuestos de millones de hogares. Según la asociación estadounidense de automóviles (AAA), el precio del galón promedia los $4.8 dólares para el final de la jornada de este sábado.
De acuerdo al mismo portal, la demanda de la gasolina ha crecido considerablemente durante las últimas semanas. Si a esto se suman las crecientes tensiones de un embargo a las importaciones de petróleo ruso, el resultado es un predecible incremento de los precios en el mercado interno de las principales economías occidentales.

Los índices de inflación en las economías de la UE
La misma situación de una inflación “sin depredadores naturales” en Estados Unidos parece presentarse en la UE. Los datos recientes mostraron una subida al 8.1% en la zona durante el mes de mayo. Se trata de unos resultados nada alentadores, puesto que están muy por encima del récord del 7.4% alcanzado en abril. Asimismo, se colocaron encima de las expectativas de 7.8%.
Los dos principales impulsores del IPC en la zona serían la guerra en Ucrania y los altos costos de la energía. A diferencia de Estados Unidos, la UE depende de las importaciones de productos desde Rusia y Ucrania. Esto lleva a grandes temores en la medida en que se aproxima el invierno y la guerra en Ucrania parece deliberadamente lenta en el teatro de operaciones.
Para nombrar algunos casos particulares, la inflación se muestra altamente preocupante con un 8.8% en la principal economía de la UE, Alemania. En Francia alcanzó el 5.8% y en España el IPC creció hasta el 8.7% y se convierte en el dolor de cabeza del banco central. En el caso de la inflación subyacente (no cuenta alimentos no elaborados ni productos energéticos) subió hasta 4.9%. Esta última sería la cifra más alta desde 1995.