- El índice de precios al consumidor en Inglaterra alcanzó máximos de 40 años durante mayo y se ubicó en 9.1% según las autoridades del país europeo.
- La subida de precios está impulsada principalmente por el aumento del combustible, la energía y los alimentos.
- Los trabajadores de distintos sectores comienzan a tomar medidas de presión como huelgas. Exigen aumentos salariales acordes a la subida del IPC.
El informe sobre la inflación durante el mes de mayo en el Reino Unido mostró los números más gordos de los últimos 40 años. La Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) reveló que el índice de precios al consumidor alcanzó 9.1% durante los últimos 12 meses que terminan en mayo.
De esta manera, los precios superan el anterior alto de 30 años alcanzado en abril. Las autoridades subieron su pronóstico de techo de 10% a 11% para finales de año. Sin embargo, confían en que la presión inflacionaria comenzará a bajar a partir del primer mes de 2023.
Mientras tanto, los hogares siguen llevando la peor parte de la situación económica. Los sindicatos están presionando por una subida general de los salarios que permita a los trabajadores enfrentar los altos costos de los productos. Pero las autoridades temen que esa medida pudiera crear un no deseado efecto inflacionario en espiral como ocurrió hace medio siglo.
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La inflación sigue batiendo récords en el Reino Unido
El actual índice de inflación en el Reino Unido, como ya se destacó, es el más alto de los últimos 40 años. En consecuencia, en 1982 se produjo una escalada de precios similar con un idéntico 9.1%. Ahora, los precios son impulsados por el alza del combustible y la energía, a lo que se unen los alimentos.
El incremento de los precios viene ganando fuerza, sobre todo en los últimos meses. A finales de mayo, EPF reportó sobre los miedos de la población ante una posible ruptura de la seguridad alimentaria. Los sectores más vulnerables de la población enfrentan el mayor estrés, puesto que los comedores escolares también sufren por los precios.
Algunas escuelas, donde muchos niños tienen sus mejores comidas del día, también están recortando presupuestos. Con una inflación esperada al 11% para este año, la población podría enfrentar mayores problemas. Pese a ese panorama adverso, las autoridades no ven como una buena idea la subida del salarios de los trabajadores.
Temen que la inflación en el Reino Unido pueda emular la fatídica espiral de 1970. En ese entonces, reporta la BBC, las empresas subieron los sueldos y la mayor parte de los costos de mano de obra fue transferida a los consumidores a través de los precios. Mientras tanto, los sindicatos alertan que esa receta de transferir toda la responsabilidad hacia los hogares, sin brindar alivios salariales, traerá mayores daños a la economía.
Una reciente encuesta del mismo portal afirma que el 82% de la población considera que deberían recibir un aumento de salario.

El impacto de la subida de la energía en el IPC británico
Para el mes de abril, el precio de la energía alcanzó una cifra sin precedentes, con un aumento de £700 libras (€812 euros) anuales. Eso significó un incremento del 54% el cual se traduce como un golpe directo para el presupuesto familiar. Para empeorar la situación, los precios del combustible alcanzaron altos costos luego del inicio de la guerra en Ucrania.
El precio promedio para llenar el tanque de un vehículo familiar ronda las £100 libras esterlinas, lo que equivale a unos €116 euros. Se trata de uno de los países más caros del occidente para tener coches. De hecho, entre las naciones de Europa, Inglaterra está en el puesto 7 de las gasolinas más costosas. Por su parte, España se encuentra en el lugar número 13, según globalpetrolprices.com.
Con semejantes precios, es de esperar que la inflación sea uno de los principales problemas en el Reino Unido. No obstante, después del combustible, la energía y los alimentos, se destacan otros productos como la vestimenta. En todos los sectores, los precios parecen no dar respiro a los consumidores, lo que está generando amplio malestar entre la población.
Los recortes que aplican los hogares para tratar de cubrir todas sus necesidades ya no dan abasto, de acuerdo a la BBC. Entre los resultados de la misma encuesta, el 82% de los consultados afirman vivir en sus casas con uso mínimo de luces de bombillas y el 70% asegura mantener apagados sus electrodomésticos. Asimismo, más de la mitad dice que cambiaron hacia sitios de compras más económicas.

La incapacidad de las políticas monetarias y fiscales
Uno de los factores que genera mayores preocupaciones, es la inefectividad de las medidas que adoptan las autoridades. En consecuencia, el banco central ha aumentado las tasas de interés en cinco ocasiones desde el mes de diciembre de 2021. Pero estos incrementos parecen no estar dando los resultados deseados a la hora de bajar la presión de los precios.
“El banco central inglés está dispuesto a tomar todas las medidas que sean necesarias para llevar la inflación desde el nivel actual hacia el objetivo de 2%. Sin embargo, dicen que solo podrán lograrlo a mediano plazo”
Hace aproximadamente una semana, el banco central inglés anunció una nueva subida de 25 puntos básicos que dejó los tipos en 1.25%. De los 9 miembros del comité, 6 votaron a favor de la subida, mientras 3 votaron en contra. Estos últimos apostaban por un incremento de 0.5% con el que buscaban poner freno al aumento del IPC antes de que causara mayores problemas.
La inflación en el Reino Unido, según el propio banco central, retornaría al objetivo del 2%, pero esta vez en el mediano plazo. “Tomaremos todas las acciones necesarias para que la inflación regrese a la meta del 2% de manera sostenible”, expresó un comunicado del comité citado en CNBC.
La subida de las tasas se presenta como la más alta en 13 años y, de la misma manera que en EE.UU., estas acciones podrían llevar a la economía británica a la recesión. Algunos síntomas de retroceso ya se están notando, como la inesperada contracción de la economía en 0.3% durante el mes de abril.
Por otra parte, el índice de precios minoristas (RPI) se disparó hasta el 11.7%. Los precios de los productos salidos de las fábricas tienen el mayor incremento de los últimos 45 años y las materias primas continúan en una escalada aterradora.
El descontento de los trabajadores ante el aumento del costo de vida
Como ya se resaltó, tanto la inflación como las medidas para enfrentarla se cargan sobre los consumidores. Por ello, los movimientos organizados de trabajadores vienen presionando desde hace meses para que los salarios sean incrementados. Eso les permitiría enfrentar los altos precios. Pero, al mismo tiempo, podría generar una espiral inflacionaria mayor.
Sea como sea, los trabajadores parecen determinados y han comenzado a tomar medidas de presión mayor en el país. Por ejemplo, el pasado martes (22 de junio) los trabajadores ferroviarios se declararon en huelga, lo que causó interrupciones y malestar en las principales ciudades. Se trató de la mayor huelga del sector en más de tres décadas, según Reuters. Para las jornadas del jueves y sábado, las huelgas continuarán.
De este modo, la inflación está empujando a los trabajadores a la confrontación con las autoridades del Reino Unido. Estos reclaman mejoras salariales y mejores condiciones laborales. Así, el Sindicato Ferroviario, Marítimo y de Transporte exige un aumento salarial del 7% y se niega a aceptar la oferta de aumento de la patronal de 3%.
Paralelamente, el sindicato de trabajadores del sector público, Unison, dijo que los ministros viven en otro planeta, al pretender exigir moderación salarial. En lo que respecta al mayor sindicato de maestros de ese país, este también amenazó con tomar acciones de presión. El Sindicato Nacional de Educación criticó la propuesta de aumento de 3% y pide un incremento salarial acorde a la subida de la inflación.

El impacto sobre el sector inmobiliario
Las viviendas son otro de los sectores que ha sufrido el impacto directo de las subidas de precios en la economía de las islas británicas. Según datos de la ONS, el precio promedio de las viviendas alcanzó un incremento de 12.4% hasta el mes de abril. Esto último en comparación con el mismo período del año pasado.
En ese sentido, el precio estándar para adquirir una casa en ese país, es de £281.000 libras. Esto equivale a £31.000 libras más que la misma época del año 2021. Para analistas como Richard Lim de la firma consultora Retail Economics, la inflación no está dejando escapatorias a las familias en el Reino Unido.
Comenta a la BBC que después de que las familias pagan lo esencial, “la cantidad de dinero extra que queda para gastar en días libres, socializar y otras delicias se está reduciendo a un ritmo asombroso”. El portal entrevistó a algunos ciudadanos y algunos de ellos temen por la seguridad económica que tendrán en el porvenir inmediato y mediano.
Afirman que cada vez hacen “menos cosas divertidas”. Esto se refiere a actividades en las que se invierte el dinero extra de los gastos mensuales. Situación similar se vive en países de la Unión Europea como Alemania y la propia España, países en los que los precios parecen no dar muestras de ceder a pesar de medidas de subsidios.
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El ritmo de crecimiento ha bajado
Uno de los consuelos de las autoridades con respecto a la subida de precios, es que el ritmo de incremento ha bajado. En comparación con el mes de abril, la inflación en mayo subió apenas 0.1%. Sin embargo, eso no anula el hecho de que es la mayor subida de precios en cuatro décadas.
Otro aspecto notable de esto, es que en EE.UU. también hubo una reducción de 8.5% a 8.3% entre marzo y abril. No obstante, en mayo el incremento fue de 30 puntos básicos, lo que dejó el IPC en 8.6%, un nuevo récord de 40 años en la principal economía mundial. Eso se traduce en que un ritmo bajo o incluso una disminución temporal de los precios en Inglaterra, no es garantía de éxito para las autoridades financieras.
Una de las posibles opciones para solucionar, al menos en gran medida, el problema de la inflación en el Reino Unido y en EE.UU., pasa por cambiar sus enfoques geopolíticos. Por ejemplo, aliviar las sanciones contra Rusia, en el caso de Londres, podría contribuir a bajar el precio de los alimentos e incluso del combustible.
En el caso de Washington, el abandono de la política de “frenar a China” podría ayudar. De acuerdo al experto Peng Bo, eliminar los aranceles a los productos chinos podría bajar la inflación 1.3% en el corto plazo en Estados Unidos. La medida sería de gran ayuda para la administración Biden de cara a las próximas elecciones, señalaron políticos desde la capital estadounidense.

Caminos inviables para las dos potencias
Sin embargo, emprender esas medidas es un asunto que ambos países consideran de seguridad nacional. Inglaterra no cederá en sus políticas de sanciones a Rusia, aunque esto le cueste graves problemas internos. Esa actitud luce inexplicable dado que las posibilidades de Ucrania de vencer militarmente a Rusia son casi inexistentes.
Por parte de Estados Unidos, ese país siente que el crecimiento comercial, industrial, económico y tecnológico de China es una amenaza existencial. Por ello se embarcan en la mayor cantidad posible de medidas para tratar de frenar el empuje de la ahora segunda potencia mundial.
Desde Pekín critican la actitud estadounidense de hacerse daño a sí mismo tratando de detener el crecimiento de China. Esto, aseguran, es un esfuerzo perdido, puesto que el país asiático no detendrá su desarrollo. Mientras tanto, los temores de recesión se incrementan con la admisión del propio presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de que la misma es probable. Es la primera vez que el funcionario considera la dificultad de un “aterrizaje suave”.