- La estanflación es una patología económica bastante dañina y poco común que amenaza actualmente a Europa y Estados Unidos.
- Ya ocurrió en la década de 1970 y los riesgos de que vuelva a ocurrir ahora no son escasos.
- En este artículo conocerás qué es la estanflación, cuáles son sus causas y cómo invertir en estos períodos.
Estanflación: ¿Qué es y cuál es su historia?
La “estanflación” es un término acuñado en la década de 1970 y se refiere a la combinación de estancamiento económico con alta inflación.
El estancamiento económico produce desempleo y hasta entonces se pensaba que no era plausible una combinación de elevada inflación con elevado desempleo. Más bien, los datos parecían sugerir que podía haber un cierto intercambio entre inflación y desempleo.
En virtud de ello, el paradigma dominante venía proclamando que las recesiones eran cosa del pasado.
La idea era que aplicando las políticas de ajuste fiscal y monetario apropiadas, la economía podría mantenerse para siempre en la senda del crecimiento constante, libre de inflación y con bajo desempleo.
Sin embargo, cuando las autoridades aplicaron esta receta, cada ronda de políticas expansivas redujo el desempleo solo por un corto espacio de tiempo. Además, cuando el efecto del estímulo pasaba, el nivel de desempleo resultaba más alto que antes.
¿Por qué resulta tan compleja la estanflación?
Cuando ocurrió por primera vez en la década de 1970, las autoridades no tenían respuesta para ella dentro de la idea económica dominante: Acabar con el desempleo requeriría políticas expansivas, pero la lucha contra la inflación necesitaría medidas contractivas. Un contrasentido total.
Frente a la estanflación, la política fiscal se volvió inoperante porque el alto desempleo y el estancamiento del crecimiento significaron mayores déficits presupuestarios y, en consecuencia, una deuda pública creciente.
De hecho, antes de llegar la estanflación, se venía preparando el terreno con una elevada inflación producto de grandes perturbaciones monetarias y fiscales previas.
Lo ocurrido con la economía de EE.UU. y los principales países industrializados en la década de 1970, a partir de los elevados precios del petróleo, cambió por completo el panorama.
La pregunta es si volverá a ocurrir de nuevo.
Estanflación: ¿Cuáles fueron sus causas?
La estanflación de la década de 1970 tuvo sus bases en una mala gestión de la política monetaria de los bancos centrales y de la política fiscal de los gobiernos durante la década de 1960.
“La estanflación de la década de 1970 tuvo sus bases en una mala gestión de la política monetaria de los bancos centrales y de la política fiscal de los gobiernos durante la década de 1960.”
El gobierno de EE. UU. ignoró su obligación respecto a los Acuerdos de Bretton Woods de limitar la emisión de dólares al tamaño de su stock de oro, y la Reserva Federal no frenó un mayor crecimiento de la oferta monetaria.
La sobreoferta de dólares puso fin al sistema monetario imperante desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Los bancos centrales de Europa y Japón se convirtieron en los compradores de última instancia del debilitado dólar.
El mundo experimentó un aumento masivo de la liquidez originado por el exceso de oferta de dólares, que se extendió a las otras monedas principales.
Cuando los bancos centrales de Europa y Japón compraron dólares con sus propias monedas para estabilizar el tipo de cambio, ampliaron su base monetaria interna.
Después de un breve impulso empujado por la liquidez, la economía mundial cayó en la estanflación de la década de 1970.
El aumento de los precios del petróleo fue solo el disparador final de los acontecimientos.
EE.UU. ayer y hoy: los hechos
La primera y única vez que EE.UU. experimentó una estanflación fue a partir del embargo petrolero dirigido por la OPEP en la década de 1970.
El precio del petróleo se duplicó y luego se cuadruplicó durante esta crisis. Entre 1973 y 1975, el aumento acumulado de los precios del petróleo fue del 77,3%. Los efectos que esto produjo sobre el crecimiento económico y la inflación fueron muy negativos.
En 1974 y 1975 el crecimiento del PIB de EE.UU. fue negativo. De igual modo, la inflación, medida por el deflactor del PIB, aumentó durante estos 2 años.

Esta perniciosa combinación de crecimiento económico negativo y elevada inflación, la “estanflación”, tomó por sorpresa a las autoridades y copó buena parte del debate económico en los años siguientes.
La economía se ve afectada regularmente por perturbaciones de la oferta agregada, la demanda agregada o ambas. Las fluctuaciones de la producción se deben a la aparición constante de nuevas perturbaciones, cada una con su propio mecanismo de propagación.
“Las 2 recesiones que sufrió EE.UU. en la década de 1970 se debieron en gran medida al aumento de los precios del petróleo.”
A veces algunas perturbaciones son lo suficientemente dañinas o se producen en combinaciones lo suficientemente malas como para crear una recesión.
En 2022, la actual coyuntura del mercado energético producto de las condiciones del sector, así como de la invasión a Ucrania y las sanciones económicas a Rusia, nos hacen preguntarnos si no se están dando las condiciones para una recesión económica con elevada inflación en los EE.UU. y Europa.
La causa principal de la elevada inflación que padece el mundo, aunque no la única, son las políticas fiscales y monetarias expansivas que se aplicaron para afrontar la Crisis del Covid-19.

La inflación anualizada en EE.UU. alcanzó un 7,1% para el cuarto trimestre de 2021. La guerra y los problemas en la cadena de suministros global están potenciando la elevada inflación.
Ahora, la Reserva Federal, al igual que el Banco Central Europeo, se encuentran en la disyuntiva de tener que aumentar las tasas de interés para intentar frenar la inflación.
Ello tiene efectos contractivos en la economía y la inflación aún no comienza a ceder.
Estanflación a la vuelta de la esquina: ¿Es posible que ocurra?
En respuesta a la crisis financiera de 2008, las autoridades monetarias y fiscales aplicaron una serie de medidas expansivas que se mantuvieron durante una década, al menos.
De hecho, estas medidas fueron retomadas producto de la aparición de una nueva perturbación negativa en la economía: la pandemia de Covid-19.
Anthony Mueller, profesor de economía doctorado en la Universidad Erlangen-Nuremberg de Alemania, comentaba de manera premonitoria en un artículo publicado en 2018 para el American Institute for Economic Research:
“Sin embargo, al implementar tasas de interés que están por debajo de cualquier nivel razonable, los banqueros centrales han alimentado un frenesí especulativo global de proporciones gigantescas.
El esfuerzo combinado de los bancos centrales de EE.UU., Japón y Europa para “estimular” sus economías ha iniciado una burbuja de precios de activos.”
Aunque Mueller se refiere a la década pasada, la respuesta a la pandemia ha sido implementar la misma receta monetaria y fiscal. De hecho, en el artículo el profesor anticipa 2 posibles resultados:
- La burbuja bursátil conduce a una elevada inflación de precios al consumidor.
- Un colapso de la burbuja bursátil llevaría a una depresión deflacionaria.
Por lo visto, el aumento de los precios del petróleo en la década de 1970 y la pandemia de Covid-19 en 2020, no han sido sino eventos catalizadores de tendencias que ya se encontraban en desarrollo.
¿El riesgo de estancamiento con inflación es real?
Desafortunadamente, sí lo es, aunque no de forma tan inmediata.
La inflación actual no solo se origina en un crecimiento excesivo de la cantidad nominal de dinero, sino que tiene un núcleo de oferta muy persistente por 2 factores:
- Restricciones en la cadena de suministros global.
- Invasión a Ucrania y sanciones económicas a Rusia.
De hecho, los 2 factores se retroalimentan. Siendo así, es más difícil combatir los precios altos con las herramientas tradicionales de los bancos centrales. A esto se agrega el estado de la economía china por las restricciones para frenar los nuevos brotes de Covid-19.
Las perturbaciones actuales no solo son muy negativas, sino que se producen en una combinación y momento también peligrosos.
La economía de EE.UU. se ha venido recuperando junto con su mercado laboral, pero las estimaciones del primer trimestre de 2022 dan cuenta de un decrecimiento del PIB de 1,4% anualizado respecto al período anterior.
La definición simple de recesión alude a un decrecimiento del PIB durante al menos 2 trimestres consecutivos.
Habrá que seguir de cerca las estimaciones y demás indicadores que dan cuenta de otros aspectos económicos. Pero, el cuadro es de alto riesgo por la persistencia de la inflación.
Hasta ahora, el mercado laboral en EE.UU. se ha venido fortaleciendo con la recuperación económica:

El desempleo en EE.UU. ha bajado a niveles pre-pandémicos, alcanzando una tasa de 3,8% en febrero de 2022.
Para que haya estanflación tendría que producirse primero una contracción económica o al menos una desaceleración que afecte gravemente al mercado laboral, aumentando el desempleo, mientras se mantiene un elevado nivel de precios.
Un proceso como ese no se desarrolla de la noche a la mañana. Supone un mecanismo de propagación complejo.
Por otro lado, hoy en día sabemos que las expectativas de los actores económicos juegan un papel crucial para acelerar o amainar ese mecanismo. Las expectativas pueden, de hecho, condicionar el efecto de las perturbaciones que sufre la economía. Por lo pronto, las perspectivas no son alentadoras.
El riesgo está allí. En reportaje de Philip Aldrick, Jana Randow, Carolynn Look y Enda Curran para Bloomberg se explica el principal factor de preocupación:
“El Fondo Monetario Internacional advierte sobre las consecuencias económicas “muy graves” de la guerra.
Los analistas de Goldman Sachs Group Inc. estiman que un impacto sostenido de USD 20 en el precio del petróleo reducirá el producto interno bruto en un 0,6 % en la zona del euro y en un 0,3 % tanto en EE. UU. como en China.
Cortar los envíos de gas a través de Ucrania podría reducir en un 1% el PIB de la zona euro, mientras que una pérdida total del gas ruso significaría un impacto del 2,2%, agregaron los economistas.
Consideran que el cierre total de las exportaciones de petróleo de Rusia a los EE. UU. y Europa, de 4,3 millones de barriles diarios, reduciría el PIB mundial en 3 puntos porcentuales.”
El mercado de futuros del petróleo ligero, el gas natural y el trigo dan fe del ciclo alcista en estos mercados que marcan la pauta de los precios de la energía y los alimentos.
El equilibrio que buscan mantener la FED y el BCE no es sencillo, pues deben evitar subir las tasas de interés tan rápido como para provocar una recesión. No obstante, el mundo de hoy no es igual al de la década de 1970, en la cual había una mayor dependencia del petróleo foráneo.
“Al parecer, hemos dejado de lado otros aspectos estructurales que afectan al crecimiento económico a largo plazo, como el progreso tecnológico y la promoción del emprendimiento.”
Por otro lado, aún hay cierto espacio para que consumidores y empresas se ajusten.
Lo que sí es una certeza es que las autoridades cuentan cada vez con menos margen de maniobra para atacar las crisis. Esto plantea la pregunta de si sería sostenible el sistema monetario actual ante una nueva etapa de estanflación.
La discrecionalidad de las autoridades monetarias y fiscales ha conducido a un aumento del endeudamiento global sin precedentes, el cual no se ha traducido en un aumento sostenible de la prosperidad y del empleo.
Por el contrario, esto ha promovido la desigualdad y la concentración de la riqueza.
¿Cómo y dónde invertir en estas circunstancias?
Si posees inversiones en el mercado de valores o te preguntas cómo y dónde invertir, la estanflación, de producirse, podría afectar los activos bursátiles de muchas maneras:
1. Por medio de la erosión de los beneficios corporativos producto de mayores costos laborales y de los suministros en virtud de la inflación.
Aquellas empresas y sectores que no tienen la capacidad de traspasar los costos más altos a los consumidores finales sin una caída en la demanda, probablemente optarán por reducir la inversión y la producción para adaptarse.
2. Por medio de un deterioro del consumo real producto de la inflación.
Si compramos cada vez menos productos y servicios en virtud de los precios crecientes, ajustaremos nuestros patrones de consumo. No olvidemos que en EE.UU. el componente más importante de la economía es el consumo.
Sectores de riesgo
Lo primero que deberíamos saber es cuáles son los sectores con mayor riesgo vistos los 2 factores previos. Si estamos posicionados en estos sectores podríamos evaluar rotar fondos hacia opciones menos arriesgadas, o reducir nuestra exposición en ellos.
Por otro lado, si aún no hemos invertido, deberíamos evitar estos sectores por el momento, aunque podrían representar opciones de inversión atractivas cuando se despejen las incógnitas.
Los sectores económicos que más sufren en estas circunstancias son aquellos que resultan sacrificados en los gastos de consumo de los hogares y en los gastos operativos o en las inversiones de las empresas. En especial aquellos sectores que se mueven junto con el ciclo de la economía.
Aquí tenemos una cantidad de industrias que verían como se reduce la demanda de sus productos y servicios ante la creciente inflación, a saber:
Consumo discrecional
El consumo discrecional representa aquellos elementos que no son esenciales para los consumidores, aunque son deseables cuando la situación económica lo permite.
Servicios de comunicación
Cubre toda la gama de servicios de telecomunicaciones que pudieran ser susceptibles de reducción en un escenario recesivo.
Sector financiero
En este caso consideramos industrias muy correlacionadas con el ciclo económico. Su demanda depende de la situación económica y el nivel de ingreso, si bien, todas las empresas de este sector no serían impactadas en la misma medida.
El caso de los bancos comerciales merece especial mención, ya que el aumento de las tasas de interés podría mejorar sus márgenes para la cartera de créditos existente, siempre y cuando no entremos en una recesión.
Pero en un escenario contractivo, se vería afectada la demanda de crédito y podría aumentar el riesgo de incumplimiento si las tasas suben demasiado.
Sector Industrial
Al igual que en el caso anterior, nos referimos a industrias cuya demanda se vería reducida si el crecimiento económico se desacelera o decrece.
Sector Tecnológico
En este caso consideramos industrias que principalmente venden sus productos al consumidor final, aunque el impacto es desigual entre las distintas sub-industrias.
Bienes raíces
En la medida que las tasas de interés van aumentando, también se irán ajustando las tasas hipotecarias y esto puede impactar la demanda de crédito, lo cual, a su vez, reduciría la actividad en el sector de la construcción residencial.
Sectores defensivos y de oportunidad para la inversión
Ya conocemos los sectores de mayor riesgo, pero ahora mencionaremos aquellos que permitirían soportar una desaceleración, o incluso una recesión, ante las circunstancias inflacionarias actuales.
Son básicamente sectores cuya demanda tiende a mantenerse por la naturaleza de sus productos y servicios, o bien, tiende a incrementarse por la coyuntura actual. Algunos de ellos presentan menos correlación con el ciclo económico y tienen una naturaleza defensiva.
Otros, por el contrario, se benefician de la situación inflacionaria o de los problemas en la cadena de suministros global y pueden crecer en este contexto.
En nuestra próxima entrega de este artículo hablaremos de forma detallada sobre las inversiones más seguras en caso de inflación, estanflación o crisis económica. Te mencionaremos varias acciones con potencial, pero también otros instrumentos ajenos al mercado de renta variable.
Por ahora solo mencionaremos algunos de los sectores a tener en cuenta:
Sectores defensivos
Representan aquellos cuya demanda tiende a mantenerse en la parte baja del ciclo económico.
Pase lo que pase, debemos satisfacer nuestras necesidades básicas como seres humanos: alimentación, servicios básicos y cuidado de la salud. Aquí podemos mencionar:
- Productos básicos de consumo.
- Cuidado de la salud.
- Servicios básicos.
Sectores de oportunidad
Representan aquellos que se van a beneficiar del ciclo de altos precios de la energía, las materias primas y los alimentos, por ejemplo. También podrían incluirse aquellos que puedan aprovechar las restricciones en la cadena de suministros global y los desafíos geopolíticos para crecer.
En esta categoría se encuentran:
- Energía.
- Materiales.
- Sector industrial.
Tal y como comentan Blu Putnam y Erik Norland de CME Group en reportaje para InstitutionalInvestor:
“Nadie quiere una recesión, y nadie quiere una inflación persistente a largo plazo. ¿Puede la Fed negociar un aterrizaje suave de la economía frente a estos poderosos riesgos?
Solo el tiempo lo dirá, pero las probabilidades de que la economía estadounidense se asiente en un período prolongado de estanflación han aumentado considerablemente.”
No olvides que la inversión en acciones supone el riesgo de perder capital, total o parcialmente.
Además, existe un riesgo sistémico que no pueden evitar las acciones en general, no obstante debemos enfocarnos en aquellas que resulten menos afectadas o incluso puedan crecer si el contexto general se deteriora.
Artículo relacionado
Invertir en valor y crecimiento: un enfoque equilibrado
Invertir en valor y crecimiento supone lograr un equilibrio adaptado al ciclo económico. Las acciones de valor tienden a soportar...