- El Banco Central Europeo ha decidido en su reunión de este 9 de junio diferir el aumento de las tasas de interés hasta su próximo encuentro en julio, donde se espera un incremento de sólo 0,25%.
- Por lo visto se impuso el ala moderada, la cual intenta no dañar la recuperación económica post-covid con un aumento demasiado rápido de las tasas que termine por hundir las expectativas.
- Las diferencias en el seno del directorio han llevado a un compromiso con el sector más conservador para continuar subiendo las tasas en la reunión de septiembre, incluso más allá de 0,25% si fuera necesario.
Las discusiones en el Banco Central Europeo giran en torno al ritmo de la inflación de la zona euro, la cual alcanzó un 8,1% anualizado en mayo.
Es el nivel más alto en los 23 años de vida del euro y sobrepasó las expectativas previstas de 7,7%.
Los pronósticos de corto plazo del Banco Central Europeo sitúan la inflación en 6,8% para 2022.
Se espera que los precios tarden un par de años en retornar a niveles del 2,1%, más acordes a los pronósticos de medio plazo.
La flexibilización cuantitativa se acerca a su final
La flexibilización cuantitativa es un término acuñado para etiquetar el experimento monetario que se viene practicando en el mundo desde la gran crisis financiera de 2008.
Estas medidas apuntaban a inyectar liquidez y mantener lo más bajo posible el costo del dinero para estimular la economía.
Se trata de un esquema de política monetaria poco convencional en donde el banco central compra valores a largo plazo en el mercado abierto para incrementar la oferta monetaria y estimular los préstamos y la inversión.
La compra de estos valores inyecta dinero nuevo a la economía y también sirve para reducir las tasas de interés al ofertar valores de renta fija. De igual modo amplía el balance del banco central.
Cuando las tasas de interés a corto plazo están en cero o se aproximan a cero, las operaciones normales de mercado abierto de un banco central, que apuntan a las tasas de interés, ya no son efectivas.
En ese caso, un banco central puede comprar cantidades específicas de activos, como bonos de deuda soberana y otros valores, por ejemplo.
La flexibilización cuantitativa aumenta la oferta monetaria mediante la compra de estos activos con reservas bancarias de nueva creación para proporcionar a los bancos más liquidez.
De hecho, en su reunión de hoy jueves, el Banco Central Europeo también anunció el fin de la compra de activos netos para finales de mes, con lo cual finaliza esta política.
Veamos el gráfico de las tasas de interés de referencia para la Unión Europea y EE.UU. entre 1999 y 2022:
El caso europeo ha sido extremo, pues la tasa de referencia se ha mantenido en 0,00% desde hace 8 años…
El Banco Central Europeo ha sido uno de los más reacios a comenzar el ciclo de aumento de las tasas de interés ante el aumento de la inflación.
Aún la tasa de referencia se mantiene en el 0,00%, mientras que ya la FED en EE.UU. alcanzó el 1,00%. Son 100 puntos básicos de diferencia.
Probablemente, el riesgo de exposición a los efectos de la guerra en Ucrania ha disuadido a las autoridades monetarias de ser más agresivos.
Sin embargo, la inflación aún no parece haber llegado a su pico, por lo que es un fenómeno que no va a desaparecer tan pronto.
“Es una incógnita hasta que nivel habría que subir las tasas para ayudar a moderar los niveles de inflación, pero sujetos a la restricción de no provocar una recesión.”
Lo que sí parece cierto es que el mantenimiento de esta política monetaria tan laxa durante tanto tiempo, deja a las autoridades con menos herramientas y margen de maniobra para atender las crisis actuales y futuras.
Los inversores a ambos lados del atlántico se acostumbraron a dar por descontado el apoyo monetario a la economía.
Esto ha moldeado las expectativas de los mercados de valores durante una década, ¿pero resulta sostenible?
Habiendo agotado las herramientas, éstas resultan ahora menos efectivas y menos creíbles.
Ello hace temer que se requieran aumentos más agresivos de las tasas de interés para cambiar las expectativas de inflación.
Banco Central Europeo: Balance Tasas-Crecimiento
La manipulación de las tasas de interés y el incremento de la oferta monetaria son herramientas que permiten intervenir la economía ante shocks externos que afectan el crecimiento y/o la estabilidad de precios.
Ante un evento tan extremo como la crisis financiera de 2008 era justificable hacer uso de ellas.
El Banco Central Europeo efectuó adquisiciones a gran escala de bonos soberanos en mayo de 2009 y alrededor de 250.000 millones de euros adicionales en bonos de estados miembros en 2010 y 2011.
Por otro lado, las tasas bajaron de 4,25% en septiembre de 2008 al 1,00% en junio de 2009.
La economía pasó de una caída de alrededor del 6% a un respetable 3% en 2011, tal y como podemos apreciar en el gráfico.
Aunque las tasas aumentaron al 1,50%, otros factores llevaron a bajar las tasas paulatinamente de ese nivel hasta prácticamente 0,00% en 2014.
Ello contribuyó a mantener un crecimiento débil, aunque estable hasta 2018 cuando la economía comenzó a crecer a tasas mucho menores.
Un nuevo shock, el del Covid-19, sepultó la economía global a un -15% en junio de 2020.
Sin embargo, los subsidios, las ayudas y las inyecciones de liquidez permitieron mantener el barco a flote.
Las tasas permanecieron en 0,00% todos estos años y los inversores comenzaron a dar por descontada esta medida.
“Separando la coyuntura del Covid-19, pareciera que el nivel de crecimiento atribuible a las bajas tasas de interés y la flexibilización cuantitativa ha sido más bien bajo.”
De, hecho, entre 2011 y 2018 no se observan tasas mayores al 3%.
De ser herramientas para uso en caso de necesidad, la manipulación de las tasas y aumentos de la oferta monetaria se convirtieron en una condición permanente.
El crecimiento anualizado de la zona euro alcanzó un 5,4% en el primer trimestre de 2022 y se ha diferido el primer incremento de tasas para julio, ante el temor de frenar el crecimiento en el contexto de la guerra en Ucrania.
El mercado de valores europeo fue el gran ganador
El índice EUROSTOXX 600 (SXXP) recoge las 600 compañías con mayor capitalización de mercado de la zona euro.
En el siguiente gráfico podemos ver su desempeño en la etapa de flexibilización cuantitativa y moderado crecimiento económico:
El índice EUROSTOXX 600 se incrementó un 179,6% entre 2009 y 2022. Nada mal para quien invirtió con visión de largo plazo hace una década y más.
La liquidez inyectada al sistema directa e indirectamente ha apuntalado este crecimiento bursátil.
Esto ha permitido que toda una nueva generación de inversores que se formaron adecuadamente, por supuesto, hicieran mucho dinero en estos años. Algunos millones…
Esto no es esencialmente malo, ya que los inversores más astutos sólo aprovecharon las oportunidades disponibles.
Sin embargo, plantea preguntas de manejo macroeconómico de largo plazo:
- ¿Es sostenible una política de flexibilización cuantitativa por mucho tiempo?
- ¿El exceso de liquidez y el bajo costo del dinero se han traducido en más crecimiento?
- ¿El sistema monetario actual es sostenible?
Banco Central Europeo: Retos y perspectivas
Hay 2 consecuencias incontrovertibles de la etapa de flexibilización cuantitativa, tal y como podemos ver en el gráfico a continuación:
Por un lado, un endeudamiento público muy alto, de casi un 100% del PIB, lo cual es un factor de riesgo importante para la economía europea. Y esto es sin incluir la deuda corporativa…
Por otra parte, la Unión Europea padece la inflación más alta en décadas con un 8,1%.
Algo similar ocurre en EE.UU., donde la inflación es el principal problema de la economía.
Desafortunadamente para Europa y el mundo, con el Covid-19 y la guerra en Ucrania hemos tenido 2 shocks negativos, uno detrás del otro.
El principal reto del Banco Central Europeo será manejar los tiempos con la suficiente habilidad para atender el problema inflacionario sin dañar el crecimiento.
Es probable que al comenzar con los aumentos de tasas de interés no veamos un impacto tan inmediato en la economía.
El efecto de mayores tasas suele verse con un cierto rezago en el tiempo, por lo que tal vez, no sea sino hasta finales de 2022 y comienzos de 2023 cuando se resienta finalmente la economía.
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